domingo, 29 de agosto de 2010

Estado, Gubernamentalidad y Excepción.

Desde hace un tiempo se ha hecho habitual escuchar que en la actualidad la soberanía del poder se extiende más allá de los límites del poder del soberano. Un proceso que se expande a través del ejercicio del despliegue de las relaciones de fuerza que se desarrollan en toda geografía. El ejercicio del poder se ha comenzado a comprender como la extensión de la guerra en la sociedad a través de otros medios y por lo tanto como un ejercicio del poder que no se limita a las instituciones tradicionales de la soberanía. Bajo esta perspectiva la tarea del poder político consiste en llevar a cabo esta guerra en forma soterrada tratando de capitalizar y reterritorializar poder y control hacia las instituciones del Estado. Pensar la soberanía y el poder en estos términos, significa evaluar las situaciones de fuerza que se llevan a cabo en la cotidiana lucha. El objetivo de la mesa es explorar el poder en la práctica de sus instituciones bajo la perspectiva de la guerra, la fuerza y la excepción como un elemento dinamizador de las instituciones y los grupos de la sociedad actual.

Educación y poder.

A fines de siglo se desarrollaron una serie de reformas en el sistema educacional a nivel mundial, muchas de ellas contemporáneas con los procesos de refundación del capitalismo bajo la doctrina del neoliberalismo y otras con la transición política, que han conducido a una transformación, en la práctica, de la estructura relacional entre el Estado y la sociedad. En Chile la reforma a la educación demarca el surgimiento de un nuevo pacto social entre universidad, mercado y sociedad que va a relocalizar el rol social de la universidad en la reconfiguración internacional del sistema productivo globalmente integrado. Efectivamente, la universidad, una vez agotado y siniestrado el proyecto nacional en el cual funda su promesa, es refuncionalizada para: a)la producción de una nueva estructura relacional entre saber, verdad y poder; b) para la producción de tecnologías, entre ellas las de sujeción y control, c) producir nuevos proceso de elitización y jerarquía que funcionan al interior de la universidad como mecanismos de control y paralización. El objetivo de la mesa es trabajar sobre la relación entre el sistema general de educación, el saber y la articulación de una biopolítica global que administra la expansión del neoliberalismo.

Dispositivos Terapéuticos.

Después de la caída de las concepciones descentralizadas para operar las políticas sociales, que se concentraban en la participación y en la perspectiva del actor como dinámica que, en su momento nombró la emergencia de la “nueva cuestión social”, comienza a dominar un paradigma operacional que concibe y produce al sujeto de las políticas sociales en términos terapéuticos. Bajo el diagnóstico de las sociedades en riesgo, se comienza a implementar una gestión del sujeto cuyo resultado final no es sino su medicalización, hospitalización e inmovilización, a través de un complejo sistema de mecanismos terapéuticos que operan sobre el supuesto de la enfermedad. El resultado es una máquina de sujeción y producción de sujetos infantilizados mediante la pedagógica médica. El objetivo de la mesa consiste en explorar, describir y explicar las prácticas de las instituciones del estado que, en sus procesos de intervención social, están operando con la utilización de dispositivos terapéuticos.

Capitalismo y Catástrofe.

Inmanente e Inminente: El capitalismo se ha constituido sobre la quiebra de todos los códigos, flujos y territorialidades sociales preexistentes. Los flujos que transitan hacia la configuración de un nuevo paradigma del entramado del poder mundial trans-supra-nacional son inseparables de la constitución de lo biopolítico, donde la totalidad de lo vivo deviene dominio soberano. Presentándose la soberanía, en su ejercicio, como umbral de indistinción entre el acto de conservación de la vida y el acto de dar la muerte. La condición de la catástrofe, como condición inseparable del estado excepción, comparece en el mismo escenario y en diferentes intensidades. El estado de excepción entendido como cotidianeidad (difuminación de la catástrofe) hace que nos encontremos ante un escenario en donde diversos grupos sociales, no dejan de padecer la cotidianeidad de la catástrofe una y otra vez. El capitalismo y su extenso arsenal axiomático como gran telón de fondo de la catástrofe de la cotidianidad y la cotidianeidad de la catástrofe, acontecida – aconteciendo, permiten mostrar su condición de arrruinamiento. Operación que permite la invisibilización y facilita su despliegue sobre diversos lugares del orbe. La intención de esta mesa es reflexionar acerca de las diversas modulaciones e inflexiones que la condición catastrófica del capitalismo mundial integrado y sus regímenes han implementado como forma de gobierno de la vida y también del régimen de muerte.

La vida de las imágenes y el cuerpo de las miradas.

En el giro visual emerge un nuevo estatuto de la mirada, donde los abatidos ojos de la modernidad prematura se liberan de sus celdas hermenéuticas. Así, emergen regímenes de lo visual que ponen en tensión a la estética y sus ambiguas vinculaciones con el arte.

En la corporalidad de las imágenes se cruzan diversas biopolíticas que ambiguamente dan cuenta de sociedades de control pero, paralelamente, ponen en tensión y en cuestionamiento enclaustradas formas cerradas de clasificar y ordenar las miradas. Es, de esa forma, que se sitúan en los cruces entre las políticas y las estéticas de la memoria, en la instalación de archivos y sus conflictivas clasificaciones y desclasificaciones y en políticas y poéticas en las que se encarnan diversos proyectos visuales. La producción incesante de micro-lugares de observación convierten a los espacios visuales, en no-lugares privilegiados para las operaciones de control y su diseminación espacio –temporal.

En la mesa se plantearán las tensiones que se producen entre la cultura visual, la soberanía de la imagen, la articulación de un nuevo régimen estético como gobierno de la visibilidad de la vida, así como las complejas ambigüedades que se producen en las desclasificaciones de los archivos y sus poéticas y políticas visuales.

Resistencias y contrapoder.

Es común denominador la idea que la experiencia de los movimientos de resistencia como, también la de los movimientos sociales, son de extraordinario valor histórico para el análisis del poder. Sus experiencias son expresión de la historicidad de las luchas en las que se contiene el ejercicio las batallas de y contra la soberanía. En la práctica de estos grupos se condensa la resistencia cotidiana contra la gubernamentalidad, contra el ejercicio de poder que intenta dominar cotidianamente a los barrios, las familias, el trabajo, las escuelas, las minorías, etc. Sus prácticas contienen los movimientos avasalladores que intentan producir el gobierno de la subjetividad en cada micro espacio. Sus historias elaboran un nutrido inventario de las técnicas y ejercicios que le permiten al poder realizar su ejercicio. Sus experiencias expresan elaboradas estrategias para resistir a esas técnicas y ejercicios de gobierno y sus formas de representación. Estos poderes de resistencia también son conocedores de las estructuras relacionales que hasta ahora los mantienen activos en espacios de visibilidad y negociación en los que se localizan sus luchas. El objetivo de la mesa consiste en describir y problematizar los procesos articularios y las estrategias mediante las cuales el contrapoder logra o no logra ponerse a resguardo de los mecanismos de control.

Superficies Nómades: los cuerpos.

Para el biopoder el cuerpo se ha convertido en el espacio privilegiado en el cual se libra la guerra por el control y producción del sujeto. Un espacio que cotidianamente es invadido por fuerzas que se disputan su control y buscan instalar en él su propio modo de producción de sujetos. La concepción del cuerpo que gobierna la imaginación del biopoder resitúa el problema de la subjetividad en un nuevo campo relacional. Efectivamente, el cuerpo es el depositario de las leyes, el lugar donde se efectúa el tatuaje de la disciplina y el control. De modo que la sujeción del cuerpo a los dispositivos relacionales que establece la soberanía, resulta fundamental para el aseguramiento de su gobierno. Cada cuerpo debe obedecer a unas técnicas, a unas relacionales especificas de acoplamiento y disposición para ejercitar el cotidiano proceso de producción en el que se le dispone. Los vivientes deben ceñirse a la estructura reglamentada de gobierno y a la técnica que lo califica en roles: padre, niño, hijo, mujer, hombre, productor, esposa, entre muchos otros. En este contexto la dimensión deseante del cuerpo pasa a ser el objetivo de control fundamental. Por tanto, toda práctica que revierta la ley genérica que designa a un cuerpo, deviene subversiva y revolucionaria. De ahí la importancia de los movimientos y prácticas sociales que organizan su pulsión política desde la perspectiva deseante que desafía a la ley e inscripción genérica. El objetivo de la mesa consiste en trabajar la economía política de las prácticas y estrategias simbólicas de los agenciamientos que se agrupan bajo el género, la diferencia y la resistencia corporal.

Memoria, Archivo, desclasificación.

La memoria en el contexto de la postdictadura y la transición estrepitosa de la sociedad al mercado se inviste de una potencialidad política toda vez que ella cuestiona los mecanismos en los cuales se narra y oficializa el pasado. Se trata de una visión del pasado que transita entre las experiencias generadas por la práctica dictatorial: las industrias del shock, de la experimentación social, la tortura, la persecución, como prácticas intraducibles a una discursividad y, la serie de construcciones teóricas e históricas que quieren soslayar la funcionalidad de esta práctica en la construcción de un nuevo orden. El testimonio como archivo que documenta la acumulación originaria del neoliberalismo, queda desujetado de su demanda comunitaria para, de este modo precipitar una escritura de la historia en la que cuerpo desmiente los microrelatos de la transición. La memoria se revela contra todo relato histórico o constructo sociológico que pretenda soslayar la funcionalidad experimental de la dictadura en la construcción del nuevo orden biopolítico . El objetivo de la mesa consiste en resituar el trabajo de la memoria en el contexto que dispone la historia de la dictadura en el origen del neoliberalismo y la biopolítica.

Deconstrucción de la biopolítica; la biopolítica como deconstrucción.

La biopolítica refiere, en lo inmediato, una constelación literaria de obras, autores y términos que han ido trazando su «concepto fundamental». En su rica proliferación terminológica este concepto abre, en su mínimo, calveros de visibilidad insoslayables para el pensamiento contemporáneo en relación a la modernidad, al cristianismo, al derecho romano, la filosofía griega, especialmente en la deconstrucción de las categorías tradicionales para la comprensión de la vida y el poder. La amplitud comprensiva y extensiva de este concepto (que sugiere no encontrar límites histórico-geográficos ni bibliográfico-disciplinares) allana la popularidad y versatilidad de un uso cada vez más frecuente en circuitos de diversa índole. Su circulación masiva y recurrente comparece, sin embargo, embarazada simultáneamente de, al menos, una triple reputación: 1) La de constituir una pseudo-categoría que hay que dejar de lado; 2) La de constituir un significante vacío que no debe faltar en el fomento académico; 3) La de constituir un «concepto fundamental» de consideración ineludible.

CRUCES